Vacaciones en España o el síndrome de choque cultural inverso

Un año tiene la friolera de unas 8.700 horas. Esa salvajada de tiempo da para mucho, aunque no sabría decir si estos primeros 365 días fuera de España se han pasado rápido o lento.

Hay un tiempo en el que la ciudad te pertenece. La dominas a la perfección, estás envuelta y mezclada con su aire. Luego te vas, te tiñes de otros vientos y al volver, inevitablemente, tu ciudad y tú habéis cambiado.

Dicho coloquialmente: te pasas un año suspirando por tu casa, los amigos y familia, la comida, las farmacias, los paisajes con montañas, los precios decentes y los berberechos. Como dirían en Gran Hermano lo magnificas todo a tal punto que no te cabe ya ni en la cabeza.

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Te imaginas tu llegada como un anuncio de “a qué huelen las nubes”, no comes el mes antes de pillar el avión para hacerte de un buen fondo de estómago, tiras hasta del Microsoft Project para planificar las fiestas que te vas a pegar, citas con la ristra de colegas, horas de shopping, desayunos, comidas, meriendas y cenas. Anunciaste en Facebook que ibas a llegar haciendo la croqueta por el finger y, además de inflarte a croquetas, efectivamente casi sales del avión rodando de la emoción.

Pero resulta que no contabas con ese yo deconstruido que eres ahora, como diría Ferran Adriá. Los expertos llaman a este fenómeno choque cultural inverso y servidora lo resumiría en una palabra: putada.

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Un paréntesis.

Esto, según Ferran Adrià, es una aceituna líquida. A mi me parece un huevo en una cuchara.

CHOQUE CULTURAL INVERSO SEGÚN LOS PSICÓLOGOS

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Dicen los psicólogos que cuando nos marchamos al extranjero nos preparamos psicológicamente (o eso intentamos) para las dificultades que nos vamos a encontrar, pero que no pensamos en el regreso a casa. 

La vuelta implica expectativas, mucha emoción, tensión que al final te afecta, porque si no te afectara serías un extraterrestre. Puedes tener algunos síntomas físicos como trastorno alimenticio (reconozco que los primeros días comí más bien poco), desorden del sueño (también dormí más bien poco), puedes sentirte agresivo o resentido.

También puede aparecer cierta desubicación por haber fijado en la memoria las referencias de lo vivido allí y chocar con otra realidad. El mundo sigue funcionando.

En resumen, que iros o irse del país y un año después volver de vacaciones por primera vez implica unos cuantos efectos colaterales, otros directos como un bofetón con la mano abierta y algunos aprendizajes.

ORO PARECE PLATA NO ES

La mente es muy jodida y traicionera así que justo al llegar te dice:

  • “¡Mira querida!, la ciudad está igual. Excepto por esos edificios salidos de la nada, esas tiendas cerradas, el pelo largo de la presentadora de Antena3 Noticias, etc.
  • Tus amigos se metieron en formol y han esperado a salir de la hibernación ahora que tú has llegado de vacaciones.
  • Además han dejado sus trabajos y a sus familias y van a dedicarte las 24 horas del día.
  • Tú también has hecho desaparecer a tus hijos y sus planes, así que tendrás los días completos para hacer lo que te dé la gana con tu vida y las vidas ajenas”.

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¡Já! Tú has cambiado, tienes hijos vivos con planes y tus amigos han vivido un año. Sin ti cerca. Partiendo de la base de que tu expectativa en relación a tus amistades íntimas es homogénea y que tenías claro que los conocidos, son solo conocidos, el resultado real es que te encontrarás situaciones variopintas. Aunque no deberías sorprenderte: la vida es variopinta.

  • Amigos con los que confirmarás que no hay océano ni tiempo que tumbe la relación. Que ya lo sabías antes de irte, que lo has sabido el primer año que has estado fuera y que lo tienes clarísimo para forever.
  • Amigos que creías que estaban en el grupo anterior pero que por sus circunstancias (la vida a veces es complicada) o porque sencillamente era cuestión de tiempo y kilómetros, te han dejado un regusto medio amargo, o llámalo un pelín de decepción.
  • Conocidos que sorpresivamente te buscan, escuchan tus aventurillas (repetidas una media de ciento cincuenta veces en un mes y medio), se interesan por cómo estás en tu antigua ciudad o se ofrecen para ayudarte en lo que necesitas. Grata sorpresa.
  • Te das cuenta que conoces a mucha gente que te hubiera apetecido ver pero que el Microsoft Project es una mierda porque no te ha alargado los días y no ha tachado los planes de tus hijos de edades diversas.
  • Y también te das cuenta que hay gente en la que no vas a invertir ni medio segundo. Jodido, lo sé, pero la vida es cruel a veces.

MI CASA ES LA TUYA

Y un cuerno. Eso solo pasaría si Bertín Osborne te invitara a compartir su rancia existencia. Vivías de alquiler y ahora te toca tirar de Airbnb, amigos maravillosos que te ceden sus casas y fórmulas similares.

Así que de repente te encuentras en tu ciudad, tu «casa», pero en otro barrio, con otras gentes, cogiendo el metro (recordando que lo odiabas) para ir a tu ex-casa y entonces te topas con el desconcierto.

Te das cuenta que un mes y medio es demasiado tiempo para ir deambulando por ahí y que hay que pensar en un plan B para el próximo año.

  • Buscar un programa alternativo al Project para agendar las citas con tus amigos con seis meses de antelación y que te dé tiempo a verles a todos. Y contratar una madre adoptiva para que acompañe a tus hijos en sus planes. Que se vuelva loca ella.
  • Acotar el tiempo en Madrid y Barcelona. Si tienes una buena planificación y amenazas a tus amigos con partirles las piernas si fallan el día y hora concretados, puedes dejar: 1 día completo libre para irte de farmacias, 1 día para patearte todas las tiendas en rebajas y el resto de días para comer y callejear.
  • Es decir, el mes y medio se reduce a dos semanas bien coordinadas. En la semana restante te puedes montar un viaje por algún lugar europeo que siempre quisiste visitar.

TU FONDO DE ESTÓMAGO TIENE UN LÍMITE, NO COMO TU ARMARIO

Al armario puedes asfixiarlo vivo metiendo ropa y zapatos pero tu sistema digestivo te puede decir basta. Tu estómago tiene un límite: la emoción.

Image-1Tus amigas te preparan una cena sorpresa. Como cocinan de vicio preparan croquetas, boquerones en vinagre, traen jamonazo y queso que te vuelve tarumba y todo eso regado con la emoción del primer día de tu llegada.

Comes como los concursantes de Supervivientes cuando, después de un mes a coco, les ponen delante una hamburguesa con queso.

TE HACES FAN DE LOS TRUCOS PARA HACER MALETAS

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Antes esos videos eran invisibles para ti. Ahora en cambio te interesan por la cuenta que te trae. En estos momentos, que la ropa se arrugue te importa entre poco y nada, la prioridad es que haya espacio. Te propones llevar la maleta vacía y traerla llena de las rebajas de julio, artículos farmacéuticos, latas de berberechos, salsa Espinaler, quesos varios, tubos de pasta de dientes para las encías, pintauñas y un sinfín de cosas que «no son iguales en Miami».

LA WISH LIST COLGADA EN LA NEVERA

Y resulta que después de tener muy pensada la lista de cosas que querías traer, te dejas alguna en el tintero porque doblaste las camisas cuando el vídeo decía que hay que enrollarlas. O te olvidas la lista. O piensas: ¿lista para qué? Lista soy yo que lo tengo todo en la cabeza.

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Para la próxima: una lista del tamaño de un calendario DINA3, por tipo de tienda. Colgada en el lateral de la nevera para ir apuntando durante el año.

REINICIO DEL SISTEMA OPERATIVO

Y un día llega la paradoja de las paradojas. De repente balbuceas algo como: «tengo ganas de volver a Miami». Primero es una voz externa que habla dentro de tu cabeza y te preguntas si ese deseo que a veces tienes (en los momentos Grito de Munch) de la abducción extraterrestre habrá sido real y te está pasando factura.

Después te das cuenta de que estás más que aburrida de ver a todas horas las mismas noticias. Siempre con las mismas polémicas: que si Puigdemont está como una puta cabra, que si los partidos políticos no se ponen de acuerdo ni en la hora, que si «iros, sí» o es «idos», que si Rajoy no sabe construir una frase básica de sujeto+verbo+predicado, que si corrupto arriba, corrupto abajo.

Y resulta que echas de menos las marcianadas simples de Miami como el tío del tanga rojo en bici, o que se cruce un cocodrilo en un semáforo, o toparte con gente que cree que las chanclas y los calcetines se llevan.

Y también echas de menos a los proyectos incipientes de amigos con los que has compartido las miserias de la primera parte del año y las salidas, barbacoas, clases de inglés y fiestecillas de la segunda parte del año. Y llegas a la conclusión de que tu casa eres tú, estés donde estés.

24 comentarios en “Vacaciones en España o el síndrome de choque cultural inverso

  1. Que grande….
    Curiosas elucubraciones mentales las tuyas…. lo del jamoncito y las anchoas no iba por nosotros…:)
    Tu casa eres tú, estés donde estés (cita célebre donde las haya).
    Un abrazo NEUS y feliz estancia.

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  2. Neus, me ha hecho llorar.
    Es exactamente así,
    Y siento comunicarte que cada año te sientes extraterrestre de galaxias más lejanas.
    Lo malo, nadie que no haya pasado por algo parecido o no tenga empatía con nosotros nos va a entender.
    Lo bueno es que afianzas aún más esas amistades ,que como bien dices siempre has sabido,son más fuertes que el vinagre!!!
    Nunca pensé que diría esa frase de Dorothy», «como en casa no se está en ningún sitio»!!
    Pd: ve calentando la bbq 😉

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    1. Me ha encantado eso de «extraterrestre de galaxias más lejanas»; eso es lo que decís todos los veteranos. Lo jodido de la primera vez que te enfrentas a esto es que no te lo esperas y no lo entiendes ni tú misma… Pero, ¡siempre nos quedarán las BBQ para desahogarnos!

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  3. Amazing!!!!
    No sé en qué grupos de amigos/conocidos estaré catalogada. Lo que sé es que me encantó verte, compartir croquetas, aunque faltaran cinco minutos para que abriera la cocina, oir tus risas y sentir tus abrazos, ver tú melena rubia, aunque Delia no hubiera puesto aún sus angelicales manos, y, por supuesto, ver que ni kilómetros ni océanos podrán cambiar conplicidades y miradas.
    Vuelve pronto.

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  4. Y qué diré yo que en 13 años me he cambiado de casa unas 9 veces? Y de país, y de ciudad! Aprendes con eso que los amigos son 3, los conocidos que arreglan agendas para verte, 6; y que tu casa eres tu y tus hijos y donde te espera tu gata. De todo de aprende y ahora disfrutarás más Miami y echarás menos de menos Madrid. Volver a Miami y saber que estarán uds allá me quita un peso de encima.
    Me alegra. Un beso apretado del
    Twin de Luca y mío y agendado ya visita al mercadillo maravilloso de Pinecrest a tomar arepa venezolana!

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  5. Totalmente cierto. Y cada cambio es un duelo o un miniduelo y volver a empezar. Menos mal que en estas situaciones somos como el papel de lija. Miami es ahora más bonito y Pinecrest nos espera todos los findes para darnos una vuelta y charlar. Beso entregado al twin y el mío recibido también

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  6. Nunca se vuelve al mismo sitio del que salimos, porque nosotros ya no somos los mismos. Los paisajes son del corazón y al final lo único que permanece son los afectos y son esos «paisajes» los que hay que cultivar y visitar.
    Me ha resultado muy intensa la lectura, porque cuando se habla con el corazón se llega a todos los rincones del mundo.
    Un besazo grande

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  7. Neus, ets una crack! Que frescura escribiendo a pesar del calor que has pasado en Bcn! Un placer verte amiga y gracias por aportar de forma tan dicharachera mensajes y reflexiones tan «de verdad».
    Una abraçada guapi, con ganas de leer ya tu proximo post… me tienes enganchada! 😘

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