Todos los días. Están en todas partes.
¡Y son obligatorias! Y cualquiera le dice a un nativo de la península ibérica que tiene que pagar propina sí o sí. Y encima soy catalana. Lo tengo todo para llorar.
Lo reconozco. Lo llevo mal. Así como cualquier camarero en un bar spanish sueña con tener clientes americanos, aquí deben temblar cuando nos ven entrar por la puerta.
Mi teoría es de lo más simple, muy típica entre la muchedumbre y muy injusta para los americanos: a santo de qué tengo que pagar dinero extra por un servicio que ya estoy pagando (y que suele ser caro) cuando, de toda la vida la propina es eso, una gratificación especial por haber recibido un servicio divino de la muerte.
De partida, algo voluntario que sea obligatorio me pone de muy mala leche. Pero resulta que en USA la propina es obligatoria así que tengo que cambiar todos mis esquemas y voy a tener que mentalizarme que soy contribuyente a los sueldos varios de este país. Los empresarios, siempre a la vanguardia dicen: «tengo que asegurar que el personal atienda correctamente a mis clientes. ¡Ya sé! Le cobro a mis clientes un extra de un 15, 18, un 20% en la factura y listo. Así yo les pago media miseria y que el resto del sueldo se lo paguen los clientes». Mal. No me gusta. Que paguen correctamente los sueldos y no nos lo hagan pagar a nosotros.
Me han explicado un par de numeritos dignos de una escena de Almodóvar por no pagar la propina, así que el tema es serio. Aun no tengo claro a «quién» tengo que dejar propina pero en los 40 principales de la lista están los camareros, incluyendo, repartidores de comida a domicilio o al pedir un triste café en el Starbucks. También he leído eventos curiosos como: si te enteras que es el cumpleaños de uno de los camareros del sitio donde has ido a cenar, ¡propinaza para el cumpleañero! La leche. Por otra parte, se usa nuestro aguinaldo dando una propina como muestra de «buena educación» al cartero, la nanny, etc., en fechas especiales como Año Nuevo.
Y a continuación el resto de la lista de los cuarenta principales en la que, básicamente, está el sector servicios al completo:
- Servicio de habitaciones del hotel: unos 3 dólares mínimo por día y según las estrellitas que el hotel tenga, claro. Viendo como se las gastan empiezo a entender que los 3 dólares son miseria y compañía.
- Peluquería y manicura. Sobre la manicura tengo que decir que Miami viene a ser lo que La Caixa en Barcelona, una cada 50 metros. Anyway, la peluquería merece un post en exclusiva porque vaya tela con los precios y las formas de trabajar. En mi segunda visita a la peluquería se me pusieron los pelos como escarpias cuando me pareció ver que una señora dejaba 40 dólares al peluquero de turno. ¿Estamos locos o qué?
- Los guías turísticos.
- Porteros, conserjes de hotel.
- Aparcacoches.
- Guardarropía.
- El señor que te pone presión en las ruedas del coche en la gasolinera.
- Y un largo etcétera.
Y ahora, a lo importante. Después de superar el trauma de que las propinas son obligatorias
¿CUÁNTO HAY QUE DEJAR?
He leído por ahí que la fórmula es: a una factura de 100 dólares = 20 dólares de propina. Ante esto solo puedo acudir a mi imagen de pánico favorita.
He encontrado un site que enseña cómo dar bien la propina en 45 países (link). Pensaba que nuestra Spain ni aparecería y sí, aparece. Y como os dará pereza entrar, aquí va el resumen de lo generosos que somos.
Los japoneses, ni agua.
Y para ir acabando, decir que en los restaurantes siempre te sugieren las propinas. Y por defecto te invitan a dejar a partir del 18%, pero miamenses conocidos me ha comentado que un 15% es algo digno. Otras personas me han dicho que duplican el tax y punto (el tax viene a ser como el IVA, por cierto aquí nunca se sabe qué vas a pagar en ese concepto, pero eso es otro cantar). Si te han atendido como el culo, bajar al 10 o al 5%. Solo faltaría. Pero por lo que parece, es de mala educación no dejar nada y, si no has quedado satisfecho con el servicio, a pedir la hoja de reclamaciones.
Me han dicho que me acostumbraré. No sé yo…
Neus, si fueras de Bilbao lo de la propina sería lo de menos… La cosa cambia si el servicio es malo… Si eso es así, hay riesgo con los abogados de los susodichos propinados.
Estoy de acuerdo contigo en que les mejoren el sueldo y las propinas se las ganen dando una excelente atención, cosa que con las redes sociales actualmente les obliga cada vez más a ello, dado que pagar un extra cuando el servicio no es el adecuado provoca un número mayor de comentarios a favor o quejas que son cada vez más visibles por los futuros clientes.
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Totalmente de acuerdo contigo, Gonzalo. Con el interés que tienen por la calidad de servicio tienen mil herramientas. Sin ir más lejos Yelp (http://www.yelp.com/) que, desde luego, utilizan. Solo tienes que usar cualquier servicio y dejar tu e-mail y en cero-coma ya te está llegando la «invitación» de que opines sobre ellos. En fin, el tema está claramente en los sueldos precarios de los que hablaré próximamente. Por cierto, si fuera de Bilbao, ¡me estarían pagando propina a mi por ir a comer a sus restaurantes!
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